Este episodio explora las dos sentencias judiciales radicalmente diferentes en el caso de Dani Alves, un futbolista acusado de agresión sexual. Contra el telón de fondo de la Ley del "solo sí es sí", la Audiencia de Barcelona inicialmente condenó a Alves basándose en el testimonio de la víctima, corroborado por pruebas de ADN, vídeos de seguridad mostrando su angustia posterior al incidente, y un informe médico. Más significativamente, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña posteriormente absolvió a Alves, cuestionando la fiabilidad del testimonio de la víctima debido a discrepancias menores en su relato y reinterpretando las pruebas presentadas. Por ejemplo, el TSJ argumentó que la lesión en la rodilla de la víctima podría tener otras explicaciones. La discrepancia entre las sentencias genera un debate sobre la credibilidad de las víctimas en casos de agresión sexual y la aplicación de la ley del consentimiento. Esto destaca la complejidad de estos casos y la importancia de la interpretación judicial, dejando abierta la posibilidad de un recurso al Tribunal Supremo. En resumen, el caso de Dani Alves ilustra las dificultades inherentes a la justicia en casos de agresión sexual y el impacto de la interpretación legal en los resultados.